El Universal. CARACAS, domingo 20 de septiembre, 2009. Las decisiones en favor del formato nipo-brasileño en televisión digital terrestre, en Argentina y Chile, y muy pronto en Venezuela, han declarado la derrota final del estándar europeo Digital Video Broadcasting (DVB) en América Latina. Y también le han otorgado un mercado cautivo a la industria brasileña, cuyo gobierno se ha empeñado con éxito en reforzar y garantizarle a su industria sobrevivencia y expansión a través de sustanciales y favorables acuerdos con el Gobierno y la industria japoneses, en tanto proveedores tecnológicos, y con las autoridades de los países que han adoptado su formato digital, en tanto reguladores y promotores.
En cuanto al caso Venezuela, eso "está casi cerrado", según aseguró el boletín brasileño Teletime, luego de la visita al país de una delegación brasileña compuesta por representantes del Ministerio de Comunicación y de la Casa Civil. Para el ministro responsable en Venezuela, Jesse Chacón, los acuerdos sobre transferencia tecnológica están a punto de ser firmados y se espera que anuncie el próximo octubre la adopción del estándar híbrido, el SBTVD-T (Sistema Brasileiro de Televisão Digital Terrestre).
Japón exportará su tecnología a América Latina, pero Brasil la explotará a escala regional. Los acuerdos logrados en Perú, Argentina, Chile y Venezuela le permitirán a la industria nacional brasileña afianzar la fabricación de televisores de alta y estándar definición aptos para la TDT, satisfacer la demanda millonaria de decodificadores y antenas, comenzar el ensamblaje de teléfonos móviles con capacidad de captación de las señales de TV abierta y, muy importante, trancar el juego a través de la implantación internacional de su software Ginga, el cual permite la interactividad a través de un canal de retorno que comunica con Internet. La producción de decodificadores de Brasil (para los televisores viejos) pasará de un soplo de 10 a 20 millones de unidades, que saldrán principalmente de la Zona Franca de Manaos.
EEUU, cuyo mercado doméstico finalmente se reveló no era tan sustancial como se suponía en vista de la clara mayoría de hogares en posesión de sistemas de cable y satélite, sólo podrá exportar su formato ATSC a una gran economía, la de México, y a pequeños nichos en Centroamérica (Honduras, El Salvador). China quedó para el laboratorio. Europa buscará mantenerse en Colombia, Panamá, Uruguay, Guyana Francesa y Antillas Holandesas, y luchar para que los países que no han adoptado formato se pasen a sus filas (Ecuador luce improbable).
El estándar de Europa (España por igual idioma y amplios negocios en la región esperaba posicionarse mejor en América Latina) deberá concentrarse en los despliegues definitivos en todos los países de África y Oriente Próximo, que desde 2006, en la Conferencia Regional de Telecomunicaciones de la UIT, acordaron plegarse en bloque a DVB-T. Este estándar domina en las transmisiones satelitales, incluyendo los nuevos lanzamientos, como es el caso del satélite Simón Bolívar.
EEUU vuelve a ceder espacio en tecnología de medios. Su industria ya no es líder en telefonía móvil y tampoco en TV y radio. La ausencia de movilidad en su estándar ATCS de TV abierta ha propiciado la incursión en ese mercado de propuestas coreanas y europeas. La red propietaria de Qualcomm, MediaFLO, empieza a desarrollarse nacionalmente a través de las bandas de frecuencia que fueron dejadas libres tras la migración de la televisión analógica, y lo mismo, en servicios avanzados móviles, están haciendo Verizon y AT/T.
Brasil, que se había quedado íngrimo en el mundo, cuando escogió para sí en la década de los 70 un estándar propio para la televisión a color, se ha puesto las botas con la TV Digital a través de los japoneses y del inmenso lobby que personalmente ha hecho su presidente Lula.
La industria europea había estado haciendo alarde de la rápida implantación de la televisión digital terrestre en sus propios territorios. Según los pronósticos, la cobertura de transmisión, la regulación de la actividad de los canales resultantes y su programación, la disponibilidad de dispositivos conversores de señales, entre otros detalles, estarán a tiempo en el mercado para el momento en que se decrete el apagón analógico definitivo. La nueva era de la TV Digital encontraba a Europa en la punta de la innovación. En el lustro 2010-2010 no habrá TV analógica en ese continente.
La TDT multiplica la cantidad de canales, pero ellos requieren de programación específica y sostén publicitario suficiente.
La penetración de la TDT está más avanzada en Reino Unido que en el resto de Europa, con 70%. En España, país que deberá cerrar las transmisiones analógicas dentro de seis meses (3 de abril de 2010, fecha tope), un tercio de los hogares aún no recibe las emisiones en TDT. Sin embargo, "la audiencia digital" superó en julio a las demás opciones de recepción (TDT, 40,2%, TV Analógica, 38,9%, TV Pago, 20,9%, según cifras oficiales).
Sin embargo, la crisis económica, que aqueja a Europa en particular, está diciendo que la sostenibilidad comercial de la diversidad multimedia que ofrece la TDT encontrará riesgos si no se permite la implantación de una nueva modalidad de acceso, la Televisión Digital Abierta, pero por suscripción.
La TDT de pago apareció en Europa hace algún tiempo (Italia, Reino Unido) con éxito precario y sin mayor interés de parte de operadores, pero ha sido ahora cuando la teja de la crisis les ha caído en la testa. ¿Quién los paga?, ¿cómo se mantienen?.
La TDT de pago, que requiere de un conversor adicional y una mensualidad por el abono al canal que se quiera ver, no ha podido despegar en gran escala, por ejemplo, en España. El tema se constituyó en asunto de Estado este verano cuando el Ejecutivo entendió el tema y decidió promulgar un Real Decreto (santificado esta semana por la Asamblea de Diputados) que permite a todos los operadores de TDT utilizar uno de sus canales para esta modalidad de acceso.
El Decreto precede a la promulgación de una nueva legislación sobre medios audiovisuales, que reordenará el sector. Y ha sido cuestionado por el Grupo Prisa, propietaria del diario El País, del canal de TV Cuatro y de la operadora de TV por suscripción Digital +, la de mayor número de abonados.
Antes de la regulación, los operadores habían solicitado permiso para lanzar sus plataformas de pago, pero ha sido una, La Sexta, la que la ha puesto en antena. La Sexta ha negociado con la productora Gol TV, propietaria de derechos de transmisión del fútbol español, para utilizar uno de sus canales para TV abierta, ofreciendo visión de partidos por un euro.
Pero ha fracasado en el vamos. Para el inicio de la Liga de Fútbol, hace semanas, se esperaba que los dichosos conversores estuvieran en las tiendas, pero los fabricantes no han cumplido.